¿Por qué viven aquí?

Por varias razones, los calderones tropicales y los delfines mulares se han asentado en nuestras aguas costeras, convirtiéndose en residentes: el alimento, que existe en abundancia; las tranquilas aguas, protegidas del azote de los vientos alisios por la orografía de la isla; el buen clima y la calidad de unas aguas transparentes, han convertido la zona suroeste de Tenerife en un paraíso para estos mamíferos marinos. Aunque es difícil precisar el número exacto de ejemplares que aquí viven, se estima que la población de calderones -entre 500 y 600- duplica al número de delfines mulares.

Mamíferos que viven en el mar.

Cuando hablamos de cetáceos, nos estamos refiriendo a ballenas, delfines y marsopas, que son mamíferos marinos, por lo que se parecen más a los humanos que a los peces, aunque compartan el mismo hábitat. Al igual que nosotros, su sangre es caliente y respiran el aire de la atmósfera a través de los pulmones, por lo que tienen que salir del agua frecuentemente, momentos en los que tenemos la posibilidad de observarlos en superficie.
Los cetáceos nos fascinan. Son capaces de vivir en el agua, ese medio tan hostil a los humanos, moviéndose con una agilidad que nos causa, cuando menos, una sana envidia. Contemplarlos en libertad es una experiencia tan bella que no se puede olvidar y convierte las excursiones de avistamiento en una actividad obligatoria cuando se está en Tenerife.

Comparte este artículo